En ocasiones, se requiere dar ciertos toques estéticos a un trabajo de albañilería para que no quede hecho solo como mampostería o armazón, pero no se cuenta con los materiales para el acabado como puede ser la cerámica, revestimientos y otros. Se hace necesario entonces apelar al ingenio del constructor y aplicar algunos trucos del oficio.
Hacerle relieve a una pared
Esto se puede lograr con la misma mezcla que se emplea para el revestimiento en general o friso, la forma más sencilla es agregarle a la mezcla un poco de gravilla o piedra fina para que al aplicarse sobre la pared no quede totalmente lisa, de este modo la superficie quedará con un aspecto rustico. Pero si se quieren hacer relieves más notorios, la solución es utilizar papel mojado, puede ser periódico o cartón fino. Este se debe sumergir en la mezcla hasta que se cubra por completo, luego de este paso y aun con la mezcla fresca en el friso, se pega contra la pared y se le agrega un poco más encima, de modo que al secarse se petrifique y de la apariencia de roca incrustada en la pared, los retoques con la pintura terminarán de darle el aspecto deseado.
Mesones que se iluminan
El brillo o pulido que se le hace al acabado de la mampostería, muchas veces no termina de darle un toque especial a una superficie. Un truco muy poco usual es el uso de polvo de nácar en la mezcla con la que se hará el friso final. Aunque el polvo de mármol puede también ser útil si se quiere hacer ver más grande el mesón, ya que quedará con un reluciente blanco, usar polvo de nácar en su lugar conseguirá un acabado brillante que iluminará por si solo en la oscuridad. La desventaja es que es un material costoso y difícil de conseguir. Para las paredes si no se coloca baldosa, por ejemplo en la cocina, se puede utilizar escarcha blanca en la mezcla que se empleara como relleno o “carateo” entre las baldosas, de esta forma las líneas de separación, harán reflejos de luz ocasionalmente
Pared estilo olas de mar
El secreto está en la forma de manejar la llana al aplicar el friso, dos o tres movimientos con la mezcla pueden crear el efecto.
Colocando la palustra debajo para que la mezcla sobrante no caiga al suelo, se mueve la llana en forma semicircular y de arriba hacia abajo, haciendo medias lunas, giros de muñeca hacia afuera, hundimientos, presionando o sin presionar la mezcla contra la pared, la diferencia de presión entre un punto y otro hará el efecto irregular de las olas de mar, luego de secar, la pintura se encargará de hacer más creíble la creación.
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