A veces aparcar se convierte en una misión imposible, sobre todo en ciudades y barrios con una densidad de población grande y pocas plazas públicas de aparcamiento. Uno de los mayores intereses por los que se hace esto es fomentar el uso de aparcamientos privados, ofreciendo plazas de garaje a precios elevados por parte de empresas constructoras y ayuntamientos. A veces se pierden grandes cantidades de tiempo con el interés de poder encontrar un pequeño espacio, aunque haya que ajustarse y apretar un poco los topes de estacionamiento, intentando algunas veces hacer un poco más grande el espacio que hay entre dos coches.
Cabe la posibilidad de que a veces termine saliendo más cara la gasolina que consumimos que rendirse y alquilar una plaza de aparcamiento. Otras veces merece la pena pagar el precio tan solo por asegurarse una plaza al llegar a casa después de un agotador día de trabajo.