La fabricación de cerveza es una costumbre que hace miles de años que lleva haciendo el ser humano y que con los años se ha ido perfeccionando hasta llegar a niveles de fabricación e incluso sabores diferentes.

 Sin embargo, todavía se continúa manteniendo la pureza de las recetas antiguas, principalmente las de la época medieval según se fabricaba en el norte de Europa, como las leyes de pureza alemanas u holandesas, que históricamente han sido potencias a la hora de hacer esta bebida.

Las grandes marcas de cerveza han ido comprando las fábricas de empresas más pequeñas en diferentes países del mundo, llegando hasta el punto de que el control de la mayoría de las marcas más conocidas en determinados países, salvo algunas excepciones que se resisten a ser absorbidas por estos gigantes, están comercializadas de un modo u otro por una única marca matriz, como ocurre con el gigante neerlandés Heineken, que en España tiene el setenta y cinco por ciento del mercado aproximadamente de todas las marcas que se venden. No resulta extraño que los diseños de los tapetes con logo que regalan estas marcas se parezcan tanto, pues seguramente habrán sido encargadas al mismo fabricante para que salgan más baratos.