Unas ventanas viejas pueden causar muchos problemas en el hogar. Con el tiempo el aluminio se desgasta, incluido el que conforma las vías por las que se mueven las hojas de las ventanas. Esto hace que sea mucho más difícil moverlas. También hace que las ventanas no queden bien encajadas en los bordes, ya que pueden tender a caer ligeramente sobre uno de sus lados, más gastado, causando un mal sellado en el extremo contrario. Por esta holgura entrará el aire frío durante todo el invierno, haciendo que la temperatura interior de la casa aumente varios grados.
Al poner la calefacción, esos grados de menos que tenemos deben de contrarrestarse con un mayor calor, debiendo poner la caldera a una potencia mayor o mantenerla encendida durante más tiempo. A lo largo del invierno, eso se traduce en bastante dinero que mes a mes aumenta nuestras facturas. Además, puede entrar humedad de la lluvia que cause problemas de moho y también será motivo de que el ruido de la calle se perciba más intensamente en la casa. En definitiva, unas ventanas viejas son caras, hacen nuestro hogar más desagradable y además pueden ser causa de enfermedades respiratorias por las corrientes de aire y por el moho.
Para solucionar este problema lo mejor es solicitar presupuesto de carpintería de aluminio a varias empresas, a fin de que podamos comparar los distintos precios y también las garantías ofrecidas por cada una de ellas. Es importante contratar a una empresa que tenga en regla sus papeles, sobre todo el seguro de responsabilidad civil, ya que si se produce algún accidente durante el trabajo, como la caída de una ventana a la calle, deberán de poder cubrir los posibles daños materiales o personales que se produzcan. También debemos de asegurarnos de contar con una empresa seria, que cumpla los plazos previstos y que no nos deje con el trabajo a medio realizar por no contar con todo el material necesario para acabar el trabajo en el menor plazo posible.